La vidalita

Especie del cancionero folklórico uruguayo.

Canción tradicional de origen muy antiguo, probablemente incaico, es conocida en Chile, Perú, Bolivia y Argentina. LLega al Uruguay a comienzos del siglo XIX. Se acompaña con guitarra y su poesía está basada en una cuarteta hexasílaba, donde al final del primer y tercer verso se le agrega la palabra Vidalita, cuyo significado es "vida mía". Fue motivo de inspiración de compositores uruguayos de música culta que la incluyeron en sus obras, como: Luis Sambucetti (1860-1926) que compuso una Vidalita para su opereta "Fantasma". Ramón Rodríguez Socas (1886-1957) que incluyó su "Vidalita y" en la ópera Urunday, Luis Cluzeau Mortet (1889-1957) que musicalizó con un aire de Vidalita el poema "El Chingolo" de Fernán Silva Valdés, entre otros.

 

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