Repensar la enseñanza del Tiempo Histórico

En este artículo compartimos algunas reflexiones primarias en torno al abordaje del Tiempo histórico en el aula.

Braudel es el primero en sistematizar la existencia de más de una dimensión temporal en la historia. De acuerdo con este autor la historia tradicional o positivista de fechas y hechos es sólo la corteza de la realidad social, el tiempo del periodista, el "tiempo corto", el tiempo del acontecimiento, esto es, un tiempo engañoso que explica poco de los movimientos históricos (Trepat y Comes, 1997).

Paralelamente al "tiempo corto", Braudel afirma que se proyecta otro tiempo más largo, cíclico, comúnmente relacionado con hechos de naturaleza económica. Éste es el "tiempo medio" o "coyuntura", es un tiempo que explica más los movimientos históricos que el tiempo corto (Trepat y Comes, 1997). 

Finalmente, Braudel propone la existencia de un tiempo de larga duración, que cambia poco y que, por tanto, se mueve muy lentamente, denominándolo "larga duración" o "estructura". Es el tiempo que explica mejor el acontecer social y humano y, al mismo tiempo, curiosamente, es el que no se halla presente en el consciente de las personas y que, en cambio, opera físicamente a través del sistema económico, o psicológicamente, a través de una especie de inconsciente colectivo (las mentalidades) (Trepat y Comes, 1997).

Desde esta perspectiva, la enseñanza de la Historia no podría dejar de lado la consideración del tiempo de larga duración o de la estructura. Podrían definirse las estructuras como las constantes de diversa tipología (económicas, sociales, culturales, psicológicas) que durante un largo período de tiempo constituyen imposiciones, barreras o límites a los cambios. Son constantes que impiden a las variables del tiempo medio o corto (como por ejemplo, fluctuaciones de precios, de nacimientos, de decisiones personales...) sobrepasar determinados techos (Trepat y Comes, 1997).

El conocimiento de los estratos temporales resulta clave para la comprensión de la Historia. El tiempo cronológico ordena, sitúa y organiza (es un tiempo de sucesión); en cambio, el tiempo histórico permite explicar.

Autor
Lic. Mtra. Soledad Rodríguez
Responsable
Soledad Rodríguez
Destinatarios
Fecha de publicación
Etiquetas
Licencia del recurso
Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0)
Formato