Nace María Elena Walsh

Poetisa, novelista, cantautora y compositora argentina, María Elena Walsh fue una valiosa representante de la literatura y de la música popular argentina y un orgullo para Latinoamérica.
María Elena Walsh

Fotografía de María Elena Walsh  | Autor: desconocido | Licencia: dominio público

 

Poetisa, novelista, cantautora y compositora argentina, María Elena Walsh fue  una valiosa representante de la literatura y de la música popular argentina y un orgullo para Latinoamérica. Hija de padre descendiente de ingleses e irlandeses y de madre argentina, de ascendencia española, María Elena nació el 1º de febrero de 1930 en la localidad de Ramos Mejía, cercana a Buenos Aires. Sus herencias étnicas e ideológicas modelaron en ella una personalidad singular que se proyectó en su trayectoria como artista. En la década del 40 realizó sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, que brindaba un ambiente educativo más liberal en la oferta académica. 

Aficionada a la lectura, fiel e inseparable compañera desde su adolescencia, comenzó a escribir sus primeros poemas. En 1947 se publicaron reunidos en el libro "Otoño imperdonable". La obra dotada de madurez emocional y técnica, según palabras de Eduardo Rodríguez Lanuza, permitió a la novel escritora el acceso a los selectos círculos literarios argentinos y su reconocimiento. El poeta español Juan Ramón Jiménez, quien llega a la Argentina en 1948, quedó impresionado por la expresión y naturalidad de los poemas de "Otoño imperdonable". Con la intención de contribuir a una formación eclética de la joven, la invitó a permanecer una temporada en Maryland (Estados Unidos) donde residía el escritor con su familia. Esta experiencia le permitió conocer a Pedro Salinas y Salvador Dalí, tomar contacto con las diferentes tendencias artísticas de los museos y asistir a conciertos en el Carnegie Hall.
 
A su regreso a Argentina preparó su segundo libro, "Baladas con Ángel", que se publicó en 1952. Posteriormente la represión política, social, ideológica y cultural que tuvo lugar en su país la obligó a exiliarse en París, previo pasaje por Costa Rica, donde conoció personalmente a la escritora, musicóloga y cantautora compatriota Leda Valladares (Tucumán, 1919), con quien mantenía correspondencia. Así surgió el dúo "Leda y María", en 1951, que ofrecía recitales y grababa discos con repertorio folclórico argentino obteniendo un éxito destacado hasta su disolución en 1963.

En París María Elena comenzó a escribir poemas y canciones para niños, géneros que la proyectaron a su singular popularidad. Estas composiciones, muchas de las cuales nacieron en el “Hotel du Grand Balcon de Paris”, significaron una verdadera innovación frente a la producción literaria tradicional existente para niños. María Elena, con singular maestría, supo reconstruir en sus creaciones el estilo de las Nursery Rhymes, poesía anglosajona que conociera de la mano de su padre, y conjugarla con la poesía hispanoamericana, herencia cultural de su madre. Así, se funden en sus obras la tradición inglesa del nonsense (género en el que se subvierte la autoridad de las reglas semánticas, lógicas y pragmáticas) y los limericks, con el lenguaje coloquial, el estilo dialogado, el humor y el metro breve de la poesía española. Es por ello que sus producciones tienen el poder de convocatoria de lo folclórico y establecen una relación dialógica, según Alicia Origgi, con los textos tradicionales que forman la memoria literaria de los hispanohablantes. La inmensa repercusión social y la popularidad de sus poemas y canciones a través del tiempo hacen que los niños que conocieron sus obras, en el futuro las compartan con sus hijos, convirtiéndolas en clásicos de la literatura infantil. La musicalización de sus poemas y su difusión a través del disco constituyó, asimismo, una novedad para la época y favoreció la difusión de sus textos. 

Estas composiciones, y otros textos infantiles que creó en la década del 60, como “Tutú Marambá”, “El reino del revés” (verdadero símbolo del disparate), “Zoo loco”, “Dailan Kifki” y “Cuentopos de Gulubú”, entre otros, trascendieron lo didáctico y lo tradicional. En palabras de María Elena Walsh: 

“Creo que la novedad fue que no tenían ningún carácter docente ni moralista ni eran aplicadas al programa escolar. Era un concepto revolucionario el pensar que la versificación no tenía porqué tener un contenido didáctico.”
 

 

                                

Video de "Canciones para mirar" de Maria Elena Walsh con arreglos de Leda Valladares (1962). Contiene: 1-La Familia Polillal, 2- El Reino del Reves, 3- La milonga del hornero, 4- La vaca estudiosa, 5- La pájara pinta, 6-Canción del estornudo, 7- La mona Jacinta, 8- Canción del jardinero, 9- Canción de la vacuna, 10- Canción de Titina, 11- Canción para vestirse, 12- Canción del pescador.

El CD “Canciones para mirar” se estrenó en 1962 en el Teatro General San Martín, y luego lo grabó para CBS. Al año siguiente estrenó “Doña Disparate y Bambuco”, representada muchas temporadas en Argentina, América y Europa. En 1971, de regreso a su país, fue dirigida por María Herminia Avellaneda en la película “Juguemos en el Mundo”. También escribió guiones para televisión, ensayos, artículos periodísticos y novelas para adultos, como “Novios de antaño” (1990). 

En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires, y en 1994 recibió el Premio Konex de Platino en Buenos Aires y la Mención Honorífica "Highly Recomended" del Premio Hans Christian Andersen (Sevilla, IBBY). En la década del 90 apareció la recopilación completa de sus canciones para niños y adultos y en 1997, “Manuelita ¿dónde vas?”, personaje que fuera llevado al cine en 1999, a través de la animación infantil “Manuelita, la tortuga”, con guión y dirección de García Ferré. Su más reciente libro para niños es “Hotel Pioho's Palace” (2002). 

María Elena Walsh es considerada como una verdadera juglar de nuestros tiempos. Su carácter introvertido, su particular rebeldía, su rechazo a estereotipos sociales y culturales y el diálogo permanente con el contexto, con sentido de pertenencia y con postura crítica a la vez, la llevaron a desarrollar un estilo propio. Un estilo que, blandiendo la bandera de la libertad y de la fantasía ha conquistado el gusto literario y musical de niños y adultos, ha perdurado y perdurará por generaciones. 

Falleció el 10 de enero de 2011, a la edad de 80 años, tras sufrir una larga enfermedad.